viernes, 6 de agosto de 2010
A Mark Weisbrot, el guionista de Oliver Stone (*)
Por Andrés Rojas Jiménez
Señores
Centro para la Investigación Económica y Política
Washington
La gerente editorial de El Nacional, Cenovia Casas, me hizo llegar el contenido de su correo electrónico, al igual que la carta enviada por el co –director del CEPR, Mark Weisbrot, sobre las observaciones y/o críticas a la nota que escribí y que se publicaron en la edición del periódico del pasado 13 de julio. La nota en cuestíon apareció con el título: “Asesor del Gobierno afirma que persiste la sobrevaluación”, y en el contenido presenta un resumen de escritos recientes preparados por el profesor Weisbrot sobre la economía venezolana y en particular sobre la materia cambiaria.
Por cierto, me llamó la atención que la carta del profesor Weisbrot, dirigida a los editores de El Nacional, tenga la fecha Septiembre 19 / 2020. Quizás sea una suerte de mirada al futuro, pero en todo caso creo que se trata de un error involuntario e irrelevante frente a los aspectos que en la misma se cuestionan y que se refieren a mi trabajo.
Antes que nada, quiero manifestarle la intención que tenemos en El Nacional de darle cabida a su carta y el propósito de recoger las opiniones del centro al que usted pertenece, al igual que las declaraciones del profesor Weisbrot, tal como lo demostramos en abril de 2008 cuando publicamos una entrevista que yo personalmente hice, o en febrero de 2009 cuando también conversamos con otro investigador del CEPR, el profesor Luis Sandoval. Ambas opiniones fueron publicadas en “Estrategia”, un suplemento semanal de economía que circula todos los miércoles con el periódico.
Por tanto, le dejamos abierta la posibilidad de una nueva entrevista al profesor Weisbrot en la que él pueda exponer sus puntos de vista. Sin embargo, debo precisar algunos aspectos que yo personalmente objeto, tanto en la forma como en el contenido de la solicitud de réplica que tanto el profesor como el CEPR está pidiendo:
1.- El CEPR antes de hacer contacto con El Nacional, hizo llegar primero su solicitud de réplica a la Agencia Bolivariana de Noticias como se evidenció el pasado lunes 27 de julio cuando esa dependencia del Gobierno venezolano, adscrita al Ministerio de Comunicación e Información, emitió una reseña con el siguiente titular: “El Nacional tergiversó declaraciones de economista estadounidense”. Es claro que por parte del centro al que usted pertenece se buscó primero recurrir a un ente oficial y no al medio de comunicación que publicó la nota que están objetando. Desconozco la intención de ese procedimiento, pero esa fue la forma de actuar.
2.- La nota que escribí no sólo recoge el escrito que el profesor Weisbrot preparó para el periódico británico The Guardian. Omite, que también Le Monde Diplomatique publicó un trabajo que preparó este año con el título “La Recuperación depende de la política económica”. Vale mencionar la simpatía que el editor de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, profesa al proceso revolucionario que lidera el presidente Hugo Chávez.
3.- Los comentarios en ambos artículos –tanto el que apareció en The Guardian como en Le Monde Diplomatique- incluyen la percepción que tiene el profesor Weisbrot sobre la decisión del Gobierno venezolano de devaluar el bolívar fuerte de la paridad de 2,15 Bs. F por dólar a dos tasas: una de Bs. F. 2,60 y otra de Bs. F. 4,30. Las apreciaciones siguen teniendo validez, toda vez que son medidas cambiarias que el Gobierno venezolano tomó hace apenas seis meses y que las mismas no se han modificadas. Incluso vale decir que también persiste la presión inflacionaria, tal como el profesor lo advierte en ambos artículos.
4.- El profesor Weisbrot niega ser asesor del Gobierno como indicó en el titular de la nota. Me permito recordar que en abril de 2008 recibí una llamada de la oficina de prensa del Ministerio de Planificación para concertar una entrevista, como efectivamente ocurrió. En esa oportunidad, los representantes de esa dependencia me informaron que ese organismo había invitado a varios expertos internacionales, que apoyaban las políticas del presidente Hugo Chávez y que fueron invitados para asesorar al Gobierno en materia económica. En ese grupo apareció el nombre de Mark Weisbrot.
Debo recordar también que fue el Ministerio de Planificación, en varias oportunidades, sobre todo cuando al frente del mismo estaba el ex ministro Haiman El Troudi, que se encargó de difundir los informes o los artículos del CEPR sobre Venezuela. Incluso, un par de veces a mi correo han llegado mensajes del dirigente Rodrigo Cabezas, miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela y ex ministro de Finanzas del actual Gobierno, que incluyen como archivo adjunto artículos del centro
A lo anterior agrego, que el año pasado asistí a la ponencia de un experto en materia de política exterior perteneciente al CERP, quien fue invitado por el Centro Internacional Miranda, que es una institución adscrita al Ministerio de Educación Superior, para hablar sobre la polítca exterior del presidente Barack Obama.
Un detalle adicional, en la información oficial del documental "Al Sur de la Frontera" del cineasta Oliver Stone se mención que el profesor Weisbrot es uno de los guionistas
5.- El profesor Weisbrot niega haber dicho “el tipo de cambio agrava la recesión”. En este caso se refiere al antetítulo de la nota, que en ningún momento atribuye la afirmación pero admito que a la misma le falta mayor precisión. No obstante, debo mencionar que el profesor, en uno de sus artículos, hace la siguiente afirmación: “una tasa de cambio sobrevaluado hace que las exportaciones venezolanas sean más costosas en los mercados extranjeros y sus importaciones sean artificialmente baratas”, y añade: “esto hace difícil, quizás imposible, que Venezuela diversifique sus economía del petróleo”. Ahora yo pregunto: ¿Acaso esos no son factores que agravan la recesión?
6.- El profesor Weisbrot afirma que él nunca dijo que haya la existencia de un mercado paralelo y menos que se haya referido a una paridad superior a la tasa oficial. En el artículo de The Guardian comenta lo siguiente: “En el mercado paralelo o negro la tasa es de más de siete por dólar”. ¿Cómo entendemos esa afirmación?
7.- El profesor Weisbrot dice que sus comentarios sobre el tipo de cambio están referidos siempre a los efectos a largo plazo. Me permito incluir una frase de uno de los escritos sobre Venezuela en el cual indica que las consecuencias pueden ser también a corto plazo: “Aun peor, la alta tasa de inflación hace que la moneda sea más sobrevalorada en términos reales cada año”. (Las negrillas son nuestras)
No tengo ninguna intención de generar un debate con el profesor Weisbrot sobre el artículo en cuestión pero si me pareció necesario dar a conocer mi opinión como autor y responsable de la nota. Le reitero nuestro propósito de recoger los criterios no sólo del profesor sino también de una institución como el CEPR.
(*) Mark Weisbrot fue uno de los guionistas del documental "Al Sur de la Frontera", del cineasta Oliver Stone
martes, 8 de junio de 2010
¿Cómo cambiaron y qué quieren l@s periodistas que cubren temas económicos?
Por Andrés Rojas Jiménez
Si hay una especialidad del periodismo que muestra cómo la tecnología es capaz de generar un viraje de 180° es justamente la que está a cargo de aquellos comunicadores sociales dedicados a las fuentes de la economía. Todavía hoy se cuenta, como hasta principios de los 90 del siglo pasado, en Venezuela se podía dar “tubazos” –entiéndase primicias- con la cifra de la inflación o de las reservas internacionales. Era casi una tradición ir todos los viernes en la tarde o los principios de mes a la oficina de prensa del Banco Central de Venezuela (BCV) para recibir un boletín impreso en el cual se indicaba cuánto habían subido o bajado las reservas o cuál había sido la variación porcentual del índice de precios al consumidor en el área metropolitana de Caracas.
Ya a finales de esa década, el BCV acabó con el “tubazo”. Casi a diario –a veces con dos o tres días de rezago- comenzó a colocar en su portal de Internet el monto de las reservas, e institucionalizó la difusión de la cifra de inflación por esta vía o la emisión masiva de correos electrónicos a periodistas y analistas. De esa manera, el manejo de estas cifras dejó de ser una exclusividad periodística para convertirse en bien público abierto a toda la ciudadanía.
La evolución tecnológica no sólo ha permitido tener un mayor acceso a datos numéricos, aún en el caso de Venezuela donde el gobierno del presidente Hugo Chávez casi asume como secreto militar la data sobre los indicadores económicos, sino que también ese desarrollo ha propiciado cambios en la forma cómo los periodistas buscan y abordan el hecho noticioso sin que ello implique que no se afronten pocos desafíos.
Un estudio realizado hace tres años por la firma española Demométrica, entre profesionales de la comunicación dedicados a la economía y de negocios en los países de Hispanoamérica, reveló que 94,5% de los encuestados dijo que su principal herramienta de información es el correo electrónico, desplazando las formas tradicionales como el contacto personal con las fuentes –sea conferencia de prensa o entrevista- o la llamada telefónica.
Los portales de Internet aparecen mencionados por la mitad de la muestra, detrás de las anteriores, pero sin que ello implique que cada día la exploración en la red arroje más hallazgos y desplace cualquier intento por meterse en los archivos de las oficinas públicas. De hecho, 64% de los periodistas encuestados admite la utilidad que tienen algunos portales de Internet de organismos públicos o de empresas.
Para el momento del estudio, aún no era común la entrevista periodística por Skype o Messenger; o la declaración a través de Twitter, mensajería de BlackBerry o mediante un SMS desde cualquier teléfono celular. La situación llegó a un punto que un periodista venezolano introdujo su queja ante la gerencia y el sindicato del diario donde trabajaba cuando se ordenó la eliminación del programa de Messenger de la computadora que tenía en su puesto de trabajo. “Yo chateo con el ministro y por allí lo entrevisto o verifico cualquier dato relacionada con su ministerio”, dijo el comunicador. A él sólo le bastaba un zumbido en la mensajería de Hotmail para preguntarle algo al funcionario, o viceversa si el ministro quería hablar o hacer una aclaratoria.
También se cuentan los casos de reporteras que “levantan” información a punta de mensajitos de texto que llegan a sus teléfonos móviles o cada vez que reciben un PING en sus BB. Sus fuentes le dieron sus números celulares o su pin de BlackBerry para declarar públicamente o explicar off the record sobre lo que ocurre en materia de bonos, acciones y todo lo vinculado al mundo bancario, bursátil o sobre los cambios que rigen la política cambiaria, fiscal y petrolera del país. Literalmente ellas “no patean la calle” ni sudan, permanecen impolutas todo el día, casi que son una versión criolla de Sex & The City. Miran de soslayo, lo que contrasta con el cansancio, las gotas que rodaron y los zapatos que gastaron sus colegas de otras épocas.
Paradójicamente el estudio de Demométrica también reveló que los periodistas hispanomericanos, mayoritaria e independientemente de la edad, dijeron que les gustaría obtener la información mediante el contacto personal con la fuente, bien sea una entrevista o una conferencia de prensa. La llamada telefónica sigue siendo una opción, pero nunca la más preferida. La investigación reveló un profundo desprecio hacia las notas de prensa que diariamente llegan en decenas al buzón de sus correos electrónicos.
El conocido periodista francés Jean Fracois Fogel aseguró que el despliegue de estas redes, hablando principalmente de Internet, “abraza por completo nuestro planeta; no deja vacíos”, y como a muchos -como ocurrió con los periodistas económicos- les cambió hasta su forma de abordar la noticia, su vista y hasta su estado hormonal. Ya ni sudan. Eso no quita que el avance tecnológico, en algunos, le generó algo de nostalgia.
sábado, 29 de mayo de 2010
Gobierno estadounidense y BP bajo fuego por tratamiento a la prensa durante derrame de petróleo
Publicado por el Knight Center for Journalism in The Americas
La crisis "en cámara lenta" que ha sido el derrame de petróleo en el Golfo de México continúa siendo una noticia importante, pero los periodistas se quejan que funcionarios de gobierno y BP (la petrolera que alquilaba la plataforma donde empezó el problema y que dirige los trabajos de limpieza) están poniendo restricciones a sus esfuerzos por cubrir el desastre.
Newsweek da cuenta de una serie de historias de reporteros que aseguran que la Guardia Costera y BP están abusando de una gran zona de vuelos restringidos y controlan una gran parte de las areas afectadas para prevenir que la prensa filme y fotografíe los efectos del derrame. Tales límites, denuncias los periodistas, significan que todo el acceso al derrame es en botes o aviones manejados por BP, donde la compañía puede controlar lo que los comunicadores pueden ver y cuándo lo ven.
En Washington, las relaciones entre el gobierno y los medios también son tensas. Una lluvia de críticas de la mano de un aumento en la cobertura negativa han puesto al gobierno de Barack Obama a la defensiva en materia de medios, explica Yahoo News. Los periodistas dicen que la Casa Blanca está evadiendo las preguntas de los medios sobre su manejo del derrame. También han reiterado su queja recurrente de que el presidente rara vez da conferencias de prensa.
El periodismo económico como portavoz del capital financiero
Fecha de publicación en Aporrea 24/05/10
Reconocemos que no somos novedosos cuando hacemos la crítica de la cobertura mediática (supuestamente especializada) de la economía.
Reconocemos que el tema es algo redundante y justo por eso vemos su importancia. Tampoco se trata de una novedad mostrar el uso de eufemismos y del empleo del argot “técnico” como forma de enmascaramiento de situaciones de hecho, por cuenta de los agentes económicos. Tratándose de grandes inversores de base especulativa, comprando, vendiendo y repasando productos financieros, muchas de las veces aquello que es mediatizado encubre actos criminales. En este texto, abordamos ese entrecruzamiento, cuando la producción de sentido generada a través de los informativos de la economía, naturaliza, enmascara o alivia la letalidad de los actos premeditados de los especuladores considerados como grandes e importantes y los efectos que causan en la vida cotidiana de poblaciones enteras. Tal es el caso hoy de los más de 10 millones de ciudadanos griegos. En la actualidad, la lucha entre los efectos de ese enmascaramiento, con la complicidad de la industria de los medios de comunicaciones y la perspectiva del pueblo en movimiento, tiene su campo de batalla en las calles y plazas de Grecia.
La hipótesis que establecemos es simple. Afirmamos que la mayor parte de la cobertura periodística en economía, oficia más como portavoz del capital financiero que como intérprete de sus acciones. Y, por elegir los puntos de vista de la complicidad, los especialistas, columnistas y fuentes de la industria de la comunicación casi nunca narran el “juego” como un casino de ruleta viciada. La contrapartida es desigual. A veces, la teoría de la brecha periodística se evidencia en las excepciones. Es cuando especialistas que trabajan con una postura crítica exponen sus puntos de vista, denunciando a través de una base factual irrefutable, el salvajismo criminal de los agentes económico-financieros.
En teoría, el acto de especular deriva de las informaciones fragmentadas y del riesgo. De ese modo, un gerente de operaciones de un Fondo de Inversión (hedge fund) tendría la capacidad de anticipación, vendiendo títulos y acciones en alza y comprándolos en baja. En este juego, la aleatoriedad es la regla para evitar los fraudes. Luego, el accionar fraudulento es la combinación de ventas y compras en conjunto, manipulando el llamado comportamiento de manada, cuando en teoría todos los inversores se moverían en la misma dirección.
Además de la conspiración, son formas típicas de burlar las reglas: obtener información privilegiada (inside information), anticipándose a los demás especuladores; “maquillar” balances para elevar la apreciación de los papeles; rebajar a de forma intencional los títulos de un país para que le cueste más caro al Estado financiar su deuda a corto plazo; negociar de forma “expuesta”, cuando la capacidad de pagos está comprometida al punto de no realizarse. Todas estas “técnicas” de enriquecimiento ilícito son ampliamente practicadas y por su parte, aunque usuales, casi nada mediatizadas.
Para quien no recuerda, la primera crisis del Euro tiene su origen en el accionar fraudulento de las ventas y reventas, en la escala mundial, de los activos tóxicos o sub-primes. Estos “productos” financieros son nada menos que hipotecas cuyos titulares no pagarán, porque no podrían pagar. Los duplicados de estas bolsas sin apoyo, clasificados como “productos de riesgo”, fueron (y son) comercializados mundialmente, y casi sin ningún control. Ahora, si en la base no hay apoyo, luego no hay dinero para remunerar. Eso es clásicamente conocido como Esquema Ponzi, y también llamado en términos contemporáneos, como el juego de la pirámide. La hipótesis de acto criminal generado por la burbuja inmobiliaria, que llevó a la crisis del capitalismo, primero en la economía estadounidense y hoy en la Zona del Euro, no es sólo nuestra. Decenas de especialistas difundieron esta visión, lo que podría haber provocado centenares de reportajes investigativos. Estos hubieran textos de carácter ejemplar, como las materias clásicas de Bob Woodward y Carl Bernstein en la cobertura del escándalo Watergate. Los dos reporteros, munidos del deber de investigadores públicos y empujados por el coraje de sus autoridades directas, denunciaron un esquema también criminal, lo que llevó a la renuncia de un presidente de los Estados Unidos, el republicano Richard Nixon el 8 de agosto de 1974. Infelizmente, este caso fue una excepción honrosa y heroica, y no la regla de comportamiento de la industria de la comunicación y de sus trabajadores.
En vez de exagerar, también aquí estamos empleando eufemismos para atenuar la contundencia verbal del texto. Cualquier operador o analista sabe que cuando hay información perfecta, no puede haber equívoco en el error y sí premeditación. Esta tesis es corroborada por el francés Jean-François Gayraud, comisario divisional para crímenes financieros (equivale al puesto de coronel) de la Direction de La Surveillance Du Territoire (DST) la agencia de contra-espionaje de Francia. Gayraud sostiene que la “crisis” de la burbuja estadounidense fue un acto criminal de empresas especuladoras. Sus enunciados fueron publicados en la contratapa de la edición de 25 de septiembre de 2008 del periódico La Vanguardia, de Cataluña.
Así la posible fuente para investigar y denunciar mundialmente el crimen de la mayor transferencia de renta colectiva hacia cofres privados fue enunciada en un conglomerado mediático y, luego después de haber quedado expuesta, arrojada al limbo de las pautas inconclusas.
Es la propia industria de los medios la que amortigua la posible ira popular frente a la acción cómplice entre mandatarios de gobiernos en función-llave y criminales de cuello blanco, operando con la especulación fraudulenta.
[1] Doctor y maestro en ciencia política por la UFRGS, periodista graduado en la UFRJ, docente de graduación, profesor participante de las materias de economía política de la comunicación del PPGCom, Investigador 1 vinculado al Grupo Cepos de la Unisinos. Es editor-autor del portal Estrategia & Análisis (www.estrategieanalise.com.br).
Email: blimarocha@gmail.com
[2] Estudiante de Periodismo e investigador de la comunicación popular
Email: butigahn@gmail.com
barometrointernacional@gmail.com